¿Tu hijo tiene miedo a los monstruos por la noche? Este artículo ofrece 10 formas prácticas y creativas para ayudarlo a sentirse seguro en su habitación. Desde juegos hasta rituales para dormir, descubre cómo acompañar a tu hijo en sus miedos nocturnos de forma amorosa y efectiva.
¿Tu hijo de repente le tiene miedo a la oscuridad o no puede dormir por los monstruos debajo de la cama? Tranquila, los miedos hacen parte del crecimiento, especialmente en niños pequeños con una gran imaginación. En este artículo descubrirás por qué los niños sienten miedo, cómo puedes reaccionar como mamá o papá, y recibirás consejos prácticos para disminuir ese temor. Desde usar luces nocturnas y rutinas tranquilizadoras hasta ideas creativas como sprays anti-monstruos, carteles y hechizos mágicos. Aprende cómo ayudar a tu hijo a sentirse seguro en su cama y volver a dormirse tranquilo.
El miedo es parte del crecimiento
Cuando los niños tienen alrededor de 3 años, su imaginación comienza a volar. Procesan los estímulos del día a través de historias, y muchas veces los vemos recrear situaciones. Pero, desafortunadamente para nosotros como padres, esa imaginación también puede salirse de control. Entonces llegan las pesadillas y los miedos a los monstruos debajo de la cama. ¿Cómo manejarlo?
El miedo es una emoción natural, algo que todos sentimos. A veces nos asustamos o sentimos una descarga de adrenalina, ¿cierto? A los niños les pasa lo mismo. La diferencia es que los adultos aprendemos a calmarnos y buscar una explicación. Los niños todavía no tienen esa capacidad.
Crecer puede dar miedo
Para un niño, todo es nuevo. Están en constante cambio: van a un nuevo colegio, aprenden cosas nuevas, se mudan de casa, comienzan clases de natación… todo eso puede generar inseguridad. Además, los niños pequeños aún no distinguen entre lo real y lo imaginario. Por eso se toman todo al pie de la letra, y el mundo puede parecerles aún más aterrador. Estos temores pueden transformarse en monstruos o pesadillas.
Es importante tomar en serio los miedos de tu hijo. Trata de ver lo que él o ella ve, ponte en su lugar. Valida su emoción diciéndole que sabes que tiene miedo, pero también explícale que eso no está mal. Todos tenemos miedo de vez en cuando. Lo último que un niño quiere escuchar es que está exagerando. Para él, ese monstruo es real. Algunos expertos dicen que no hay que alimentar la fantasía, mientras que otros creen que sí. Lo importante es que tu hijo se sienta acompañado y seguro. Cántale, dale un vaso de agua, quédate un ratito con él. Lo que sea que funcione en su rutina.
¿Qué hacer si tu hijo le tiene miedo a los monstruos?
Si prefieres no alimentar mucho la fantasía, puedes probar estas ideas. Hazlas junto con tu hijo, así él o ella siente que tiene el control. Cuando los niños sienten que tienen el control, tienen menos miedo.
- Deja una luz encendida en el cuarto. Puede ser una lamparita nocturna o simplemente dejar la puerta entreabierta para que entre la luz del pasillo. Las calcomanías que brillan en la oscuridad también son una gran opción.
- Evita las sombras que parecen monstruos. Muchas veces, el miedo viene de una sombra mal ubicada. ¿La luz hace que el peluche se vea gigante y espeluznante? Cambia la ubicación de la lámpara o del objeto.
- Pon una camiseta tuya o de tu pareja en su cama. También puedes rociar un poco de tu perfume sobre su peluche favorito. El olor familiar le da sensación de protección y cercanía.
- Cuentos tranquilos. Evita historias que puedan asustarlo antes de dormir. Mejor lee algo alegre o divertido. Prometer que vas a ir a verlo cada ciertos minutos también ayuda a que se sienta más seguro.
Si decides acompañar su fantasía…
¿Hay un monstruo en el cuarto? ¡Hay que echarlo! Usa tu creatividad y la de tu hijo para buscar soluciones divertidas. Pregúntale: ¿de qué tienen miedo los monstruos? ¿Qué podemos hacer para que no vuelvan? Cuando el niño ayuda a crear la solución, se siente empoderado. Ya no está solo, tiene una herramienta para enfrentar su miedo. Se vuelve el “jefe” de la situación.
Maneras de ahuyentar monstruos
- Haz un spray anti-monstruos. Usa un atomizador (puede ser uno de plantas) y ponle una etiqueta divertida. Llénalo con agua y unas gotas de esencia de lavanda o cítricos. Deja que tu hijo lo rocíe en su cuarto antes de dormir.
- Usa tu voz de mamá o papá bravo. Abre la ventana, pon las manos en la cintura y dile a los monstruos que se vayan YA MISMO. ¡Con voz fuerte! Si tu hijo se impresiona, imagínate los monstruos. Si no se van, actúa como si los estuvieras sacando con fuerza por la ventana.
- Crea una crema anti-monstruos. Usa una loción o aceite corporal y cámbiale la etiqueta. Incluso puedes usar un repelente natural que ya tengas. Si sirve contra mosquitos, ¡también contra monstruos!
- Inventa un hechizo mágico. Hazlo con tu hijo. Puedes hacer una varita mágica o una espada. Que la agite mientras repite el conjuro. ¡Ningún monstruo se atreverá a entrar esa noche!
- Los peluches al rescate. ¿Quiénes son los mejores cazadores de monstruos? ¡Los peluches! Ponlos de guardia en la cama. Así ningún monstruo se va a atrever a acercarse.
- Haz un cartel que diga “PROHIBIDO MONSTRUOS”. Hazlo con tu hijo y decórenlo como quieran. Pégalo en la puerta de su habitación. Así los monstruos sabrán que no son bienvenidos.
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